#negocio: El optimismo que te nubla
Vendes, uno, dos…. Pero no más y te quedas ahí. Todo negocio que fundió, tuvo compradores. Pocos, pero los tuvo. Un exceso de optimismo, hace que mantengas la decisión y el orgullo de que “va a salir todo bien” y no es así. No va a pasar. Nos enamoramos tanto pero tanto de nuestro proyecto, que nos quedamos más de la cuenta, que ponemos plata de nuestro bolsillo. El negocio está caminando cual zombie de “The Walking Dead” y vos con tu optimismo diciendo que todo va a cambiar. Hay que perseverar, claro que hay que hacerlo. Tu idea, producto, servicio, es lo más, pero aún en la evidencia de que le queda poca vida, seguís remando en dulce de leche. Esto, te resuena, no? Querés ser la leyenda, la que decía que sí, que pudiste contra viento y marea, porque los libros nos cuentan eso, nos cuentan del que pudo, el que sobrevivió. Pero, ¿cuántos quedaron en el tintero? No vengo acá a amargarte la semana, sino a decirte que tenés que estar alerta a los indicadores de que tu negocio no está funcionando bien (o al menos como querés). Vengo a decirte que un negocio necesita NÚMEROS que avalen donde está y a dónde va. Porque sino, queda en un amor de verano, en donde todo era idílico…, pero no funciona. ¿Qué tenés que hacer para estar alerta? Llevar todos, todos los números: todos es todos. No tenés que anotar solo las ventas, sino lo que gastas. La cinta scotch que te compraste de pasada para envolver la entrega también. Todo, no te olvides de nada. Analizarlos: ¿cuánto vendiste el año pasado? Y este? Proyectar: si querés crecer, pensá un % de inflación para el próximo año. Y recién ahí considerá un crecimiento, trimestral, así podes ir viendo cuando no llegas al objetivo. El optimismo sirve, pero con una base clara. De nada por el baldazo de agua fría. Besi.